martes, 26 de agosto de 2014

María Luisa Mora, el pan que nos alimenta

Cuando me empezó a interesar, hace unos cuantos años, la literatura, como lector, sabía que en Yepes «teníamos» una poetisa que había publicado varios libros. Sin embargo, no había picado la curiosidad de leer alguno de sus poemarios. En su lugar, me centraba en los «clásicos». Hasta que un día, en la universidad, mi profesor Santiago Sastre, poeta al igual que María Luisa y gran admirador de su poesía, al verme con un libro de Baudelaire, inició una conversación conmigo. Entre otras cosas, me preguntó de dónde era, y al responderle que de Yepes, quiso saber si conocía a María Luisa Mora y si había leído algo suyo. Contesté sí a lo primero y, con vergüenza, no a lo segundo (tan enfrascado estaba en la lectura de los clásicos); aun así, me recomendó, con la mejor intención, la lectura de sus poemas. Eso, como se suele decir, marcó un punto de inflexión y me hizo ver lo que me estaba perdiendo. Fue una estupenda recomendación.




Entonces indagué en su trayectoria, libros y premios, y leí sus obras Meditación de la derrota y La isla que no es, las más recientes entonces, descubriendo unos versos sin cursilerías ni palabras altisonantes que, con sencillez ─que no simplicidad─, hablaban de cosas cotidianas ─que no vulgares─, pero con profundidad y con emoción. Como escribe Santiago Sastre, en su presentación de El mundo raro, «La poesía de María Luisa Mora se caracteriza por la claridad, por la plasmación de la vida y de los sentimientos, y por el empleo de un ritmo conjugado de imágenes literarias». Bajo mi punto de vista, que no es el de un experto, lo que más atrae de su poesía es que se presenta sin ropajes costosos ni extravagantes, sin un lenguaje rebuscado, transmitiendo las cosas cotidianas (cocinar, planchar la ropa, lavar, etc), el día a día de nuestras vidas, con una sencillez y una claridad que no huye ni de la reflexión ni de sentimientos como la tristeza, la melancolía, la extrañeza o la soledad, ni de temas como el amor o la muerte (como la de su hija Verónica, que fue compañera mía de clase en el colegio); con su obra podemos conocer cómo ve, cómo siente la vida, con lo que tiene de alegría o regocijo, pero también de amargura y sufrimiento. No en vano, uno de sus poemas de Meditación de la derrota, titulado Lo verdadero, comienza con el siguiente verso: «Amo lo sencillo».

Después, cuando colaboré con el Ayuntamiento de Yepes, en el área de cultura, tuve la oportunidad de conocer mejor a María Luisa, ya no sólo «de vista», como se dice en el pueblo. Le propusimos desde la concejalía que fuera la presidenta del jurado de un modesto concurso de poesía que llevaría su nombre, a lo que accedió gustosamente. Hicimos tres ediciones (2004, 2005 y 2006), con una buena participación y unos actos sencillos pero emotivos, en los que pudimos disfrutar de sus poemas recitados por ella misma, en particular de su libro La respuesta está en el viento, publicado en 2005. Al mismo tiempo, también contamos con colaboraciones de lujo, como la de Santiago Sastre. Se trataba de promover la poesía, algo a lo que María Luisa ha dedicado toda su vida. Por eso en su poema Profeta, del libro El mundo raro, confiesa «Yo, tan sólo/ deseo que mis versos/ desciendan sigilosamente/ desde mis libros hasta/ las manos limpias de la gente,/ al fondo de su mismo/ corazón, que los espera/ con asombro o con desdén».

María Luisa Mora ha publicado un total de 12 libros (expongo la lista a continuación), consiguiendo premios tan reconocidos como el Adonáis, el Carmen Conde o el Rafael Morales. Por consiguiente, no debe extrañar a nadie que el pasado año se publicara su poesía completa ─con la excepción de Poemas del crepúsculo, que no se publicó en papel─ en un volumen titulado El pan que me alimenta, 1986-2013, que cuenta con un detallado prólogo sobre la vida y obra de María Luisa a cargo de Santiago Sastre. Toda una suerte para los que disfrutamos de su poesía, que así ya podemos tener en papel sus primeras obras, difíciles de conseguir (menos mal que María Luisa, su blog www.moralameda.buenblog.com y su Facebook han suplido esta carencia, al menos virtualmente). Precisamente el pasado domingo 24 de agosto ha tenido lugar en Yepes, la isla que no es, en el Centro Cultural "Calderón de la Barca", la presentación de este gran libro. Para llevar a buen puerto este acto, María Luisa contó con la presencia de Paula Mohino, responsable de la Biblioteca de Yepes, y de Emilio Pastor Platero, profesor del Instituto de Secundaria de Yepes, que realizó una magnífica exposición sobre la obra de nuestra autora.


El acto de presentación del libro El pan que me alimenta


Espero que estas palabras susciten el interés de los que siguen este blog por la lectura de la obra de María Luisa Mora, todo un clásico en el mejor sentido de la palabra. Ese era mi cometido en esta entrada: ojalá haya estado a la altura. Sin duda, lo mejor es, para toda aquella persona que le guste la poesía, acudir a sus libros y leer sus versos; en ellos el lector encontrará un nutritivo pan con el que alimentarse.


El «responsable» de este blog junto a María Luisa Mora y su libro El pan que me alimenta.

  
LIBROS DE MARÍA LUISA MORA:
1)      Las hiedras difíciles, Ed. Torremozas, Madrid, 1986.
2)      Este largo viaje hacia la lluvia, Ed. Rialp, Madrid, 1988. Accésit Premio Adonáis 1987.
3)      La Tierra indiferente, Ed. Torremozas, Madrid, 1990. VII Premio Carmen Conde.
4)      La mujer y la bruma, Colección Melibea, Talavera de la Reina, 1992. Accésit Premio Rafael Morales 1991.
5)      Busca y captura, Ed. Rialp, Madrid, 1994. Premio Adonáis 1993.
6)      Meditación de la derrota, Ed. Torremozas, Madrid, 2001.
7)      La isla que no es, Colección Melibea, Talavera de la Reina, 2002. Accésit Premio Rafael Morales 2001.
8)      La respuesta está en el viento, Ed. Torremozas, Madrid, 2005. Finalista Premio Fernando Rielo 2004
9)      Navegaciones, Ed. Vitruvio, Madrid, 2009.
10)   Poemas del crepúsculo, Ed. Descrito, Toledo, 2011, versión digital.
11)   El don de la batalla, Ed. Vitruvio, Madrid, 2012. X Premio “Ciega de Manzanares” 2011
12)   El mundo raro, Colección Melibea, Talavera de la Reina, 2013. Premio Rafael Morales 2012.    
        
A continuación, presento una escueta selección de poemas de María Luisa, como aperitivo.

RECETA TONTA
A Estrella y Arturo
Del libro Busca y captura, 1994, Ed. Rialp, Premio Adonais 1993.

PARA que se nos evapore la tristeza
hay que hacer lo siguiente:
Tomar una lágrima y echarle sal y un ajo picadito
y una aceituna negra
y un trozo de tomate
y un sombrero redondo
y alguna jaula, abierta, con un tigre de plástico.
Después, poner todo al fuego y esperar cinco años,
como mínimo;
y, mientras tanto, no vendrá mal un beso
a un hombre bueno y, así, como muy alto;
y tener varios hijos y unas cuantas palomas invisibles,
para que nos avisen del tiempo que nos queda,
y el ding de una campana
y el dong de alguna alfombra que pisamos;
y, pasado ese tiempo,
tendremos la sonrisa preparada.
Y durará, no crean;
aunque pasen las cosas que nos pasan;
aunque llueva;
aunque se abra la tierra y fallezca un ciprés;
aunque se nos estrelle el corazón contra una nube de cemento,
la tristeza habrá sido desterrada de nosotros.

CONTRADICCIÓN
Del libro Meditación de la derrota, Ed. Torremozas, 2001.

PODRÍA vivir sin corazón,
arrojarlo al abismo,
al camino del que nadie regresa,
y podría seguir sonriendo,
ampliamente,
como sonríen las personas
que no esperan la lluvia
ni un pájaro
ni una promesa
ni un balcón donde asomarse al mundo.

Y podría caminar, sin él,
hacia lo fácil,
sin dejar, en la huella, el peso
de mi espíritu,
ni, en el tronco de los árboles,
la cicatriz de algún latido.

Como si, en mi vida, sólo la derrota
hallase un lugar para existir.

Pero sucede
que nunca supe vivir sin corazón.


EL PRECIO
De libro El don de la batalla, 2012, Ediciones Vitruvio, X Premio de poesía “Ciega de Manzanares”, 2011.

CASI nadie sabe lo que haces.
Compras el pan procurando desviar
el tema de unos versos
que nadie saca a relucir.
A veces, te preguntan
cuánto ganas por poema,
cuánto pagan por la belleza en las ciudades.

Callas, muerta de vergüenza,
no entendiendo un mundo
que pone precio al pan que te alimenta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario